Carrot cake con frosting de queso


Este es uno de mis pasteles favoritos por encima de todas las cosas. Un carrot cake con frosting de queso queda perfecto en invierno, primavera, verano u otoño, o en cualquier estación que aún no esté inventada.

El olor que desprende cuando está en el horno ¡no tiene comparación! y es estupendo para desayunar, picar entre horas, comer (almorzar), de postre, merendar, cenar, o incluso como pastel de cumpleaños. 

Su ingrediente principal, la zanahoria, nos aporta muchisimos beneficios para el organismo y es una manera muy original de dársela un poco camuflada a los niños. La zanahoria es muy rica en minerales (potasio, fósforo, magnesio, yodo y calcio) y vitaminas (Vitamina E y B), su color anaranjado se debe a los carotenos, entre los que destacan los betacarotenos que nos ayudan a la producción de vitamina A, la cual está muy relacionada con la vista. Además aumentan la producción de melanina, el pigmento que da color a la piel.

Para todos los escépticos del pastel de zanahoria tengo que decirles que no sabe a zanahoria, no es como comerse una ensalada. La zanahoria está rallada muy finita y no la ves, pero está allí; tiene una sabor tan peculiar que si le dan una oportunidad, luego estarán soñando con el.

Este patel lo hicimos por petición expresa de mi hermanito (bastante más alto que yo) y de verdad que es casi imposible esperar a que se enfrie para probarlo.


Esta receta es una adaptación de Sky High Carrot Cake del blog El Rincón de Bea,  y también se puede encontrar en su libro El Rincón de Bea, que como comenté en otra entrada, para nosotros es la Biblia de los pasteles (Layer cakes, bundt cakes, ¡¡todos!!).

Aquí va la receta ¡espero que les guste tanto como a nosotros!

INGREDIENTES (torta):

300 gr. harina
2 cucharaditas polvo de hornear
2 cucharaditas bicarbonato de sódio
1/2 cucharadita sal
4 huevos (temperatura ambiente)
2 cucharaditas canela en polvo
250 gr. zanahoria rallada
100 gr. nueces en trocitos
70 gr. coco rallado deshidratado
250 gr. azúcar
230 ml. aceite de oliva 

PREPARACIÓN

Primero precalentamos el horno a 170ºC y engrasamos el molde que vamos a usar, nosotros usamos un molde desmoldable de 25cm.

Tamizamos la harina, junto con el bicarbonato, la canela y la sal. Reservamos en un bol.

En otro bol, mezclamos el coco con las nueces troceadas y reservamos.

Batimos los huevos y el azúcar un par de minutos a velocidad baja, hasta que estén espumosos. Añadimos el aceite y batimos hasta que esté todo bien mezclado.

Luego incorporamos la mezcla de harina que teníamos reservada y mezclamos bien para que no queden grumos y todo esté bien integrado. A continuación añadimos la zanahoria rallada y mezclamos para que quede bien repartida por toda la mezcla.

Incorporamos la mezcla de coco que teníamos reservada y mezclamos bien con una espátula.

Vertemos la mezcla en el molde y horneamos durante 35 minutos aproximadamente o hasta que al pinchar con un palillo salga limpio.

Cuando esté listo, sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla durante 15 minutos. Desmoldamos y dejamos enfriar boca abajo sobre la rejilla.

Ahora viene la parte más difícil… es recomendable cuando esté totalmente frio envolverlo en papel transparente y dejarlo reposar en la nevera durante un día. Estará mucho más rico al día siguiente, pero sé por experiencia que es casi imposible resistirse al olor de esta tarta así que no es un paso obligatorio.

A continuación está la receta del frosting de queso que le va de muerte a esta torta.

Frosting de queso:

INGREDIENTES



500 gr. queso crema (Philadelphia no light, temperatura ambiente)
125 gr. mantequilla (no margarina, no light, sin sal, a temperatura ambiente)
400 gr. azúcar glass (Si no les gusta mucho el dulce se puede reducir un poco)
1 cucharadita extracto de vainilla. 

PREPARACIÓN

Tamizamos el azúcar glass y reservamos.

Batimos la mantequilla durante un par de minutos a velocidad media. Le añadimos el queso y el extracto de vainilla y batimos hasta que la mezcla esté uniforme.

A continuación iremos añadiendo el azúcar a cucharadas y batiendo a velocidad fuerte hasta que esté totalmente integrada.

La textura del frosting debe ser cremosa, como la de un helado.

Una vez tenemos nuestro frosting hecho solo queda añadírselo a la tarta. Para este paso nosotros usamos una lira para cortar la tarta por la mitad en dos partes igual, aunque se puede hacer con un cuchillo largo y afilado (incluso se puede marcar la línea que se seguirá con palillos para cortar por el mismo sitio).

Una vez cortada la tarta en dos trozos, la separamos con mucho cuidado que no se nos rompa e incorporamos un poco de frosting al trozo de tarta que será la base, se puede añadir tanto frosting como se desee. Finalmente con cuidado que no se nos rompa, ponemos encima de la base el trozo de torta que nos faltaba y añadimos frosting por encima (otra vez tanto como se quiera). 

Dejar enfriar en la nevera unas horas para que esté en su punto máximo y comer!