Pan de centeno

Cuando piensas en hornear, no te viene precisamente a la cabeza hacerlo en verano... ¡hace calor!
Sin embargo es el momento perfecto porque la mayoría de las veces solemos disponer de más tiempo, y para algunas preparaciones, el calor es más agradecido que el frío. 
Este es el caso del pan, al hacerlo en verano, la fermentación es más rápida porque las levaduras no pasan tanto frió y hacen su trabajo más rápido.
Este fin de semana nos quedamos en casa porque yo tenia que estudiar, y que mejor momento que ese para ponerse a hacer pan, ¡le puedes dedicar todo el día, y luego comértelo recién hecho!


Así que Uri se puso a hacer un pan de centeno y los resultados fueron buenísimos, aquí está la receta.
Pero primero un consejo suyo  muy importante para entrar en este campo: ¡Hay que perder el miedo de hacer pan en casa!

INGREDIENTES

400g de harina de trigo
200g de harina de centeno
2 cucharaditas colmadas de sal
2 cucharaditas de levadura seca de panadería
3 cucharaditas de semillas de amapola
1 cucharada de miel
300ml de agua (temperatura ambiente)
100ml de leche (temperatura ambiente)
*Agua de botella o, si es del grifo, que se haya dejado reposando unas 8-12 h para que elimine el cloro.

PREPARACIÓN

Lo primero que vamos a hacer es mezclar en un recipiente el agua con la leche; es importante que ambos líquidos estén a temperatura ambiente. Reservar la mezcla.

En un bol grande, mezclar  las harinas, la sal, la levadura y las semillas. Ir añadiendo a la mezcla la miel, el agua y la leche poco a poco, e ir removiendo hasta que tengamos una masa pegajosa. Es recomendable coger el bol con una mano y con la otra ir mezclando, de manera que siempre tengamos una mano limpia y libre para añadir más líquido, coger el teléfono, la típica ceja que te pica en el momento más inoportuno.... Es vital ir añadiendo el líquido poco a poco, porque dependiendo de la harina que se use ésta absorberá una mayor o menor cantidad de líquido. Para este pan, se puede usar perfectamente una harina del supermercado. 
Una vez esté todo mezclado y tenemos una masa un poco pegajosa (es posible que no haya hecho falta verter todo el líquido), tapar el bol con un paño y dejar reposar 30 minutos.
Al terminar el reposo, se debe amasar la mezcla, hay dos formas de hacerlo: con amasadora o a la vieja usanza, con las manos. Si se usa la técnica manual, la que Uri siempre usa, requiere de un poco de técnica y, como todo, de mucha práctica. Seguro que hay muchas técnicas y maneras, la nuestra consiste en coger la masa con las dos manos, levantarla de la mesa unos centímetros, estirarla hacia adelante haciéndola golpear la mesa por su espalda, y hacerla rodar hacia adelante. Recoger la masa de la mesa desde un costado y repetir el movimiento varias vece.
Amasar durante unos minutos hasta que veamos que la masa empieza a romperse al estirarla. Cuando esto ocurra, significa que necesita reposo. Debemos taparla con un paño de lino o algodón humedecido unos 10 minutos y repetir el amasado.
Al terminar el segundo amasado, colocamos la masa sobre un paño de lino, la tapamos con el paño humedecido y la dejamos fermentar hasta que doble su tamaño. Si se dispone de harina de arroz, es aconsejable espolvorearla sobre el paño en el que descansará el pan, para evitar que se pegue.
Cuando la masa haya crecido el doble, la cogemos con mucho cuidado y le damos la forma deseada al pan. Los panes típicos de centeno suelen ser redondos, aunque también los hay y de forma ovalada, y se ven muy bonitos. 
Le damos forma y apretamos un poco la masa por debajo, para que quede en tensión. La volvemos a tapar con el paño y la dejamos reposar hasta que haya crecido hasta casi el doble de su tamaño de nuevo.
Cuando veamos la masa lista, precalentamos el horno a 200ºC. Es importante colocar una fuente apta para horno con abundante agua dentro del horno, para que se cree el vapor necesario para cocer el pan. También va bien rociar las paredes del horno con agua justo antes de poner el pan, para crear aún más vapor. 
Antes de poner el pan en el horno, con un cuchillo o cuchilla afilado le hacemos unos cortes a la superficie del pan, para que le queden unas bonitas ‘greñas’ y ponemos a hornear nuestro pan durante 45 minutos.

Una vez transcurrido el tiempo, sacar el pan del horno y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.